Disposición y valor. Valor y disposición. Ese es Iván Fandiño.
Figura del toreo.
Tal vez no tenga el duende de otros, pero sí la capacidad lidiadora que a muchos les falta y que le permite hacer toreo del bueno con casi cualquier cornúpeta.
Aquí en mi tierra, en Valencia, lo ha demostrado sobradamente. Esta tarde lo ha vuelto a hacer.
Él.
Una escultura erguida con firmeza desde los cimientos de la arena, que no la mece ni el viento ni el miedo.
Un corazón de guerrero, idealista e indomable, gallardo y altanero.
Un huracán, un Espartero.
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